Aprender a ser profesora de español: desde Argentina a Italia<

Aprender a ser profesora de español: desde Argentina a Italia

Hola. Soy Adriana. Soy argentina pero vivo en Italia desde hace 4 años con mi familia. Dejar mi tierra natal, mi familia y mi trabajo de 20 años fue una dura decisión que debo refrescar cada día para seguir adelante. En este camino por Italia he tenido algunas oportunidades de enseñar español a estudiantes y adultos, una oportunidad que resulto simple ya que, mi experiencia como docente de escuela primaria, me permitía acceder a este desafío, pero siempre de manera un poco intuitiva con respecto a la elección de las expectativas de logros.

Cuando el requerimiento sehizo más grande, y aprendiendo (naturalmente, sin darme cuenta) las variables, dificultades y puntos de encuentros entre el español y el italiano, viendo como lo adquirían mis hijos de dos y cuatro años, decidí buscar estudiar sistemáticamente para estar a la altura de los desafíos.

A principio fue duro porque debía estudiar en lugares alejados de casa y era imposible hacerlo. Resignada a ser sólo " ama de casa", un día me encontré con esta posibilidad del curso. Se me abrió, a los 44 años, la posibilidad de re inventarme y me aferre a ella.
Claro que con todos los prejuicios de hacer un curso vía internet.

Inmediatamente me encontré con respuestas claras y prontas de parte del Instituto.

Empece a estudiar y a encontrar respuestas y soluciones, además de empezar a "sentirme parte". Este factor fue el más importante. La posibilidad de cambiar, la oportunidad de seguir andando, en un mundo en crisis donde todas las respuestas son negativas y donde cada desafío parece ser inalcanzable. He sido acompañada por Alfredo, siempre disponible, con un espíritu de darte la mano, más que de juzgarte. Dan ganas de estudiar, de progresar y de seguir difundiendo, de la manera más eficaz esta nuestra lengua.

Ya he entregado la memoria, aunque ha sido muy difícil trabajar teniendo los dos pequeños, ya que cuando estas en casa, los tiempos siempre son de otros, pero es también parte de la felicidad de la familia. Hoy, si Dios quiere y consigo mi acreditación, podré inscribirme y enseñar en la escuela. Volver a mi pasión por la docencia y recuperar mi autoestima y la imagen ante mi familia.

Os ánimo a terminar la memoria y a "seguir andando".