Una comparación entre sistemas educativos: España y Finlandia<

Una comparación entre sistemas educativos: España y Finlandia

El otro día vi un documental sobre la educación en Finlandia. Me hizo reflexionar mucho respecto a la educación tradicional a la que estamos acostumbrados desde hace muchísimos años. Expertos en educación evaluaron la educación mundial en una época en la que Finlandia y España iban cogidas de la mano en los últimos puestos del ranking. Finlandia decidió hacer algo al respecto. Apostó por la innovación, por nuevas ideas que fomentaran el buen desarrollo de la educación y el aprendizaje de sus estudiantes.

Hoy, Finlandia se encuentra en el número 1 de la educación mundial occidental. Ocupa el 5º puesto mundial superado por países orientales como Corea del Sur, Japón, Singapur, Hong Kong ordenados respectivamente según la clasificación mundial, estando España en la cola de los llamados “países desarrollados”.

“No hay deberes” sentencia una profesora finlandesa como respuesta a la clave del éxito de la educación finlandesa. Decidieron reducir las tareas que los alumnos realizaban al salir de la escuela. ¿En serio la reducción de las tareas lleva a un país a la cima de la educación? Aún recuerdo la última conversación de unas madres españolas hablando de la cantidad de deberes que tenían sus hijos al llegar a casa. Parecía una competición entre profesores para ver quién ponía más deberes. Y entre pilas y pilas de deberes, se encuentran los estudiantes apoyados sobre sus manos, resoplando y intentando decidir entre los deberes de matemáticas, lengua, ciencias, tecnología… Me di cuenta, que no hay motivación ni ilusión por aprender, solo obligación. Y si no lo haces te suspenden. La educación debería ser mucho más que eso.
Los niños y jóvenes finlandeses realizan una media de entre 10 y 20 minutos de tareas en su casa. “Los niños tienen muchas cosas que hacer al salir de la escuela. Estar juntos, estar con su familia, hacer deporte, hacer música, leer” añadía el Director de una escuela finlandesa. “El cerebro tiene que relajarse. Si constantemente el cerebro trabaja al final dejas de aprender”, comentaba finalmente.
Finlandia tiene la jornada escolar y el año escolar más corto del mundo occidental y aun y así sigue siendo el número 1 en calidad de educación. Es para plantearse muy seriamente qué está fallando en nuestros métodos de enseñanza.

Lo que más me sorprendió del documental fueron las críticas de las familias finlandesas respecto a los exámenes estandarizados. Finlandia no tiene exámenes. “Si se enseña para aprobar los exámenes, no se enseña nada” comentaba un profesor. He ahí el kit de la cuestión. Los exámenes. La increíble obsesión de los profesores con los exámenes. Exámenes a final de tema, exámenes trimestrales, exámenes semestrales, exámenes finales…y por no hablar de los temidos exámenes sorpresa. Esa obsesión por enseñarte a memorizar antes que fomentar tu creatividad y tus habilidades y destrezas. Esa obsesión por resaltar por encima de otras escuelas, por superar el nombre de estudiantes aprobados. En serio ¿eso somos? ¿Números? Recuerdo cuando estudié bachiller. Dos años de bachiller dando la materia exacta para las pruebas de selectividad. Aún recuerdo la frase de algunos profesores (más de uno): “esta parte la saltamos que no sale en la selectividad” y yo por dentro pensaba: “bieeen, menos materia que estudiar”. Ahora lo pienso y me parece horroroso.

En Finlandia tratan de enseñar todo lo posible para que realmente puedas usar tu cerebro del mejor modo posible, cualquier cosa que ayude al cerebro a funcionar mejor. Tratan de enseñarles a pensar en sí mismos y a ser una parte importante de los que aprenden, tratan de enseñarles a ser felices, tratan de enseñarles a ser, de respetar a otros y a sí mismos, les empoderan, fomentan su creatividad, su independencia, su autonomía. Trabajan con entornos contextuales muy diferentes ya que “ricos y pobres” van a la misma escuela, sin distinción, ya que en Finlandia es ilegal abrir una escuela y cobrar por ella. Y no solo eso, sino que dan muchísimo valor a lo que los alumnos hacen al salir de la escuela promoviendo que estén con otros niños, con su familia, leyendo, lo que sea….pero no como una obligación sino como un autoconocimiento y descubrimiento de las propias habilidades y ofreciendo una educación en valores tanto dentro como fuera de las aulas.

Y mientras veía el documental pensaba: ¿sería posible este tipo de educación o parecida en España?, ¿Estará España alguna vez en los primeros puestos del ranking como la educación de más calidad?, ¿por qué seguimos aferrados a la educación tradicional?, ¿Por qué hay tanto fracaso escolar en España?

Creo que la respuesta reside en centrarse en los alumnos/personas y no tanto en la posición de la escuela después de los exámenes oficiales.