El origen de la siesta: los exponentes culturales en los cursos de español
Si llevas algún tiempo en España, habrás oído hablar de la llamada siesta: una costumbre que consiste en descansar unos minutos o un par de horas, después de haber almorzado, con el objetivo de coger energía para la El resto del día.
Pero, ¿cuáles son los orígenes de esta tradición y que beneficios trae?
En primer lugar, es importante señalar que la siesta no solo se hace en España, sino también en partes del sur de Europa e Hispanoamérica, en China, Taiwán, Filipinas, India, Oriente Medio y el norte de África.
Su origen muy probablemente se remonta a la Antigua Roma. En ese momento, el día se dividía en 12 horas "La hora sexta", de donde deriva el término siesta, correspondía a la mitad del día, la hora central en la que la luz golpeaba con más fuerza y era más cálida. Por esta razón, esta hora se utilizaba para el descanso.
Si nos referimos más concretamente al origen de la siesta en España, podemos decir que comienza tras la Guerra Civil, donde era muy común que un trabajador tuviera más de un trabajo para mantener a su familia. Por tanto, el mediodía, la hora más calurosa, era el momento de comer y descansar, y así poder tener la energía necesaria para terminar la jornada laboral.
En realidad, el origen de esta costumbre tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del flujo sanguíneo bajo después de comer, ya que la mayor parte de la sangre del cuerpo va al estómago para una digestión adecuada. .
Las ventajas de la siesta son muchas.En primer lugar, previene enfermedades del corazón: reduce el estrés y el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un 37%.Esto se debe a que la falta de sueño aumenta el cortisol y un exceso de esta hormona aumenta la intolerancia a la glucosa y las grasas y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento, lo que puede provocar diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Entonces la siesta reduce la presión arterial y el ritmo cardíaco.Finalmente, la siesta trae beneficios desde el punto de vista cognitivo: facilita el aprendizaje y mejora la concentración. . Un estudio de la Universidad de Berkeley asegura que quienes duermen la siesta rinden mejor por la tarde y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje. Esto se debe a que el sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos. Durante el sueño, los recuerdos recientes se transfieren del hipocampo al neocórtex, nuestro disco duro, donde se consolidan los recuerdos a largo plazo.
Finalmente, dormir la siesta estimula la creatividad y facilita la resolución de problemas. Robert Stickgold, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, descubrió que cuando los sujetos alcanzan el sueño REM (la fase de alta actividad cerebral en la que soñamos), les toma menos tiempo hacer diferentes conexiones entre ideas.
Por tanto, quizás leyendo este artículo hayas encontrado algún motivo más para echarte una siesta por la tarde.