Mi experiencia como profesora del curso de profesores ELE presencial
El curso de profesores de ELE de Instituto.Hemingway está pensado para que los alumnos sin experiencia tengan una visión general tanto de los conceptos teóricos como de la realidad más práctica del aula. Sin embargo, también acuden personas con experiencia docente que quieren actualizar sus conocimientos.
En las clases siempre hay mucha variedad en lo que a formación previa se refiere. Hemos tenido filólogos de muchas lenguas, licenciados y diplomados en historia, en educación, en pedagogía, en turismo, en Bellas Artes, en empresariales, en secretariado, en derecho, muchos ingenieros de diferentes especialidades técnicas y superiores, comerciales, decoradores...
Por supuesto hay formaciones que dan ventaja, como la filología a la hora de trabajar la gramática, o los títulos en educación o pedagogía para aprender algunos conceptos. Pero no tener esa formación no impide aprovechar el curso ni llegar a ser un excelente profesor.
La experiencia en este curso permite comentar datos interesantes. Los alumnos se pueden dividir entre los que vienen con más o menos miedo a la gramática y los que piensan que es muy fácil porque ellos ya saben la lengua. En relidad no es nada fácil ni conocer a fondo la gramática del español ni enseñarla correctamente. La mayoría de los estudiantes acaban el curso sabiendo, entre otras cosas, cómo no trabajarla y teniéndole digamos cierto respeto.
En general todos los alumnos vienen pensando erróneamente que la gramática es lo único importante o lo más importante que se hace en clase. También están lo que creen que cualquiera que sepa gramática española puede enseñar español a un extranjero. Me refiero, por supuesto, a enseñar bien: sabiendo qué haces y por qué lo haces, etc.
A lo largo del curso los estudiantes se suelen sorprender con lo compleja que es nuestra gramática, con lo amplio que es el concepto "subjuntivo" y su dificultad. Sorprende gratamente el método comunicativo y el enfoque por tareas. Sin embargo, a mí me sorprende lo que a veces cuesta desmontar prejuicios sobre la enseñanza y sobre la lengua (el concepto de error, cómo y cuándo corregir, adaptarse a los alumnos...). En ocasiones es más difícil deshacer ideas preconcebidas que enseñar conceptos nuevos.
Resultan difíciles en la prácticas el miedo escénico, habituarse a los niveles inferiores en los que es más complicado hacerse entender, no hablar más de la cuenta, las dudas gramaticales... Pero también me sorprende la buena actitud que tienen algunos alumnos sin experiencia docente y que consigan que sus alumnos se diviertan mientras aprenden. Ese debería ser siempre el objetivo.
Diana Urgellés es profesora del Curso de profesoras de español presencia