Programación flexible, docente camaleónico; cursos de español para extranjeros
En un mundo de continuas transformaciones socioeconómicas y de incesantes innovaciones tecnológicas, la naturaleza cambiante de la Programación es un hecho claramente comprobable en cualquier aula de enseñanza de lenguas. Las directrices del Plan Curricular del Instituto Cervantes y el Marco Común Europeo de Referencia, así como el Plan de Centro, únicamente constituyen el punto de partida para la elaboración de una Programación verdaderamente acertada para las necesidades e intereses de nuestros estudiantes.
El profesor ha de adaptar su Programación a sus alumnos, prestar atención a factores como su lengua materna, su edad, sus gustos y aficiones. La propuesta pedagógica ha de construirse sobre un sólido enfoque educativo, como es el método comunicativo, en el que la lengua no solo es un instrumento, sino un proceso de construcción creativo. A través de textos auténticos, en contextos reales, el profesor guía al alumno para que el estudiante logre la plena competencia comunicativa, gracias a la autonomía de la que goza en su aprendizaje.
Además, los componentes de la Programación cubrirán las necesidades del alumnado en los cinco planos de la comunicación: el gramatical, el pragmático-discursivo, el nocional, el cultural y el cognitivo. Una correcta secuenciación de actividades permitirá tratar todos estos aspectos de manera significativa y coherente para el alumno y en orden creciente de dificultad. Todo esto conjugando los recursos más tradicionales (libros de texto, fotocopias, pizarra) como los más tecnológicamente avanzados (Internet, material audiovisual, pizarra digital).
El docente malabarista deberá integrar en su Programación las cuatro grandes destrezas: la comprensión lectora y auditiva y la expresión oral y escrita; a través de la gran variedad de tareas propuestas a sus alumnos, siempre orientadas hacia la tarea final que les hará conscientes de su propio proceso de aprendizaje. La evaluación de estas destrezas, mediante pruebas cualitativas y cuantitativas, dejará constancia palpable de su verdadero dominio del español.
Por lo tanto, hoy en día, el docente al algo más que un simple profesor. Es un amigo, un compañero, un psicólogo, un animador, un analizador de necesidades, un diccionario andante, un libro abierto, un diseñador de actividades, un evaluador, entre otras muchas virtudes. Del mismo modo, su Programación habrá de adecuarse a cada estudiante, a cada grupo, a cada escuela, a cada inquietud por aprender, a cada método de enseñanza, a cada técnica de aprendizaje.
El profesor ha de ser polifacético, adaptarse al alumno, a su situación; tal y como sucede con la Programación, en cuya versatilidad reside su gran virtud.