Profesor de español y euskera: salvando dificultades en primaria<

Profesor de español y euskera: salvando dificultades en primaria

Mi nombre es Lander González, y soy un joven de 24 años recién graduado en magisterio de educación primaria. Voy a hablar acerca de una experiencia que tuve hace dos años cuando estando en un colegio, me pidieron el favor de enseñar Euskera a un alumno que recién había llegado de Japón.

Las dificultades que tuve, creo que muchos las habréis vivido alguna vez, pues tratándose de un idioma totalmente desconocido para mí, tuve que mirar en miles de diccionarios y traductores un montón de palabras útiles diferentes, con objetivo de favorecer una comunicación entre el alumno y yo.

El niño tenía 10 años, y aunque hablaba un poco de castellano, era muy difícil conseguir enseñarle nada usando el español de puente, de modo que lo que decidí hacer fue aprender las palabras básicas del japonés como saludos, fórmulas de amabilidad, colores y números. Con intención de poco a poco ir enseñándole lo más básico del euskera traduciéndoselo al japonés.

Sinceramente fueron los peores meses de mi vida, porque tuve que trabajar muchísimo tanto dentro como fuera de la escuela, pero el agradecimiento que obtuve tanto por parte del centro escolar como por parte del chico y su familia, merecieron de largo el esfuerzo y tiempo que invertí en enseñarle euskera. Además, ahora yo también dispongo de una base muy simple del japonés de modo que si en algún momento decidiese aprenderlo, ya dispondría de cierta base.

Por otra parte, quiero mencionar también otra experiencia que tuve el año pasado, en este caso se trata de un niño de 7 años al que le daba clases particulares de refuerzo en euskera. El niño tenía muchísimas dificultades para aprender el idioma por lo que su madre decidió contratarme para ayudar al chico. El problema vino cuando solicite reunirme con su profesora de euskera para elaborar un plan de actuación conjunto de manera que yo reforzase lo que ella enseñaba en clase. Pues resulta que la profesora me veía como una amenaza o como símbolo de que su trabajo no estaba siendo correcto, y eso hizo que me pusiese muchas pegas a la hora de ayudar al alumno. A pesar de todos los inconvenientes y la poca ayuda que me prestó, yo mismo elabore un plan para que el chico pudiese ir adquiriendo vocabulario y gramática simple de euskera de modo que alcanzase el nivel de sus compañeros de colegio. Y es cierto que lo conseguí, ya que el chico consiguió pasar de curso con todas sus asignaturas aprobadas.

Lo que quiero decir con estas dos experiencias es que a veces nuestro trabajo resulta difícil, por diferentes factores que escapan a nuestro control. Pero a pesar de esos factores, nunca debemos rendirnos, pues de la situación más difícil se puede sacar algo positivo. Y es por eso que yo animo a todos y todas las profesoras de ELE que estén en situaciones difíciles a levantar la cabeza y ser más fuertes que nunca. Porque lo que hacemos puede parecer poco, pero en realidad para esas personas a las que ayudamos es un mundo. Os deseo el mejor de los futuros y mucha suerte en vuestros respectivos trabajos.

Feliz Navidad y próspero año a todos y todas.
Lander González.